martes, 18 de octubre de 2011

Módulo 3: De la realidad a la ficción

El robo de la virgen.
Guión:

Toma
Plano
Acción
Diálogo
Sonido- músic
              1
En ningún momento se ve el rostro del protagonista. Sus ojos son el lente por el cual miramos.
Un hombre sale de su casa. En la calle  la gente le pide autógrafos y  parecen reconocerlo. Llega a las instalaciones de un club de fútbol. Allí se dirige por un solitario corredor al altar donde está la estatua de una virgen, la toma y huye.  (Sólo en ese instante se ve su cara).



Bullicio de la calle.
Silencio en el club, se escuchan los pasos apresurados del hombre.
          2
Del plano general se va a un plano principal que finaliza en los ojos del hombre.
El deportista en prisión ríe mirando un  partido de fútbol en el cual su club parece estar triunfando. 

Se escucha la voz del relator de fútbol.
          3

Del plano general del lugar.

Un grupo de policías está hablando  con el encargado que denuncia el robo de la virgen. Toman huellas digitales, declaraciones y  miran la filmación de la cámara de seguridad. En la misma se observa claramente el rostro del ladrón.



Música.
          4

Un policía interroga al detenido quien sigue mirando el partido de fútbol y sonriendo con cada gol de su equipo, mientras se niega a contestar porqué lo hizo.

Policía: -¿Por qué lo hizo? No me mire así… conteste ¿por qué arruino su carrera?
Se escucha la voz del relator de fútbol y las risas del detenido.

sábado, 8 de octubre de 2011

Crónicas de Indias

El viaje
En el comienzo siempre hay un viaje. Porque se viaja, se cuenta historias. Hay quienes dicen, incluso, que sólo se viaja para contar. La cultura de América, empieza con el deseo de viajar: Viajar es salirse de uno mismo; como se dice, estar “sacado”: llegar a un lugar diferente, lo otro, América se constituye lo otro respecto de Europa y Europa es lo otro en el imaginario americano.
¿Qué se hace con ese otro que se encuentra? Se arman teorías, se intenta describir lo que se conoce con respecto de lo ya conocido. O, por el contrario, lo nuevo modifica la realidad conocida. La tercera opción es el viaje a la luna: allí no hay nada, no hay lo otro. Hay un espacio americano que se resiste, culturalmente, a ser aprehendido. Hay un tiempo americano que oprime como una pesadilla el paisaje y los cuerpos, la memoria y el sueño. Y hay ciudades. América es la historia de un viaje y de la construcción de ciudades utópicas. La historia política de América, incluso, tiene que ver con la interpretación de los espacios: la selva, el río, el desierto, la ciudad y la montaña han sido agentes políticos durante dos siglos. Pero además está el otro, el amo de América, y su mirada, muchas veces delirante, puesta sobre América Latina, también puede entenderse como una obsesión por el espacio americano: una obsesión territorial y una obsesión, seguramente, bélica.
Lo cierto es que América existe porque se viaja. Viajar, estar sacado. Lo mismo, en fin, que la literatura: la literatura americana, como ninguna otra, es una literatura del viaje. Desde los textos del descubrimiento y los viajeros hasta la ciencia ficción y la road movie, siempre, siempre, hay un viaje: un punto de fuga.

Se inicia el viaje:

Los orígenes de la literatura latinoamericana se relaciona en forma directamente con la historia de sus países y sus habitantes. En el siglo XVI, España emprendió la conquista y colonización de América. En ese momento histórico se produjo el enfrentamiento de dos culturas muy distintas entre sí: la cultura europea, la del hombre blanco, que impuso su dominio en estas tierras y sobre sus habitantes, y la cultura indígena, que reaccionó ante la llegada de maneras diversas encada región.
Entre los siglos XVI, XVII y XVIII, no es fácil distinguir entre literatura española y literatura latinoamericana, pues se trata de un período en el que los países latinoamericanos aún no existían como tales o estaban en vías de serlo. Por otra parte, los textos de aquella época fueron escritos por autores españoles o extranjeros que acompañaban las expediciones de la conquista. En sus orígenes, la literatura latinoamericana se compone de numerosas crónicas, varias cartas, memorias y algunos poemas, que se destacan por su valor histórico antes que por sus cualidades literarias.

Las crónicas de Indias

El encuentro entre las dos culturas, la europea y la indígena, quedó registrado en las crónicas escritas por los conquistadores, conocidas como crónicas de Indias, en alusión al momento original con el cual se designó a estas tierras desde que Colón emprendió su primer viaje.
Ya en sus Cartas y en El diario del primer viaje, el navegante genovés se ocupó de dejar testimonio de su desembarco en estas tierras y de sus habitantes.
Entre 1519 y 1526, Hernán Cortés, el militar español que llevó adelante la conquista de México, escribió las cinco Cartas de relación. Dirigidas al rey Carlos V, Cortés narra la toma de la ciudad de Tenochtitlan y la captura del emperador Moctezuma, justificando sus acciones contra los aborígenes.
En cambio, con una postura defensora de los indígenas frente al abuso del colonialismo, el español Fray Bartolomé de las Casas escribió su Brevísima relación de la destrucción de las Indias. Allí informa de los delitos cometidos en varias provincias por los gobernantes españoles.
Así, en los numerosos textos que conforman las crónicas de Indias, la mirada del hombre europeo, más precisamente del español, recae sobre el indígena. El indio, el aborigen, el nativo de estas tierras es siempre “el otro”, un ser desconocido y diferente del hombre blanco, que podrá ser atacado y dominado o bien, en contadas ocasiones, defendido. A  veces, se lo presenta como un “salvaje” que, desde el punto de vista del hombre blanco, desconoce normas o conductas básicas. En otras ocasiones es un fiel servidor, pacífico y amigable, que se ofrece a guiar al español a través de senderos desconocidos o ríos de difícil acceso.

Nos ponemos en marcha:
Actividades:
1-      Lean el siguiente fragmento de“Los cuatro viajes del Almirante y su testimonio de Cristóbal Colón” y luego respondan:
a-      ¿Qué se supone que buscaba Colón al emprender este viaje? ¿Qué buscaba realmente?
b-      ¿Cuáles ideas son las que, en la perspectiva de Colón, legitima el descubrimiento y la conquista?



2-      Luego de leer el fragmento de “Los chasch. La llegada de Jack Vance” contestá:
a-      ¿Qué diferencia hay entre este encuentro y el anterior?
b-      Ciencia ficción: ¿Qué habría sucedido si Colón hubiera sido recibido del mismo modo? Señalá por lo menos cinco consecuencias o  implicaciones lógicas.
          


    
3 Busquen en sus libros de historia ( primer año) un texto sobre el descubrimiento de América. Ahora, comparen dicho escrito con el fragmento leído de “Los cuatro viajes del Almirante y su testimonio de Cristóbal Colón”, teniendo en cuenta los siguientes criterios: trama, narrador,  ideología y forma de argumentación. Para eso lean antes la siguiente cita de Hayden White :
"... el  autor considera que el discurso de la historia supone siempre una elección de carácter  estético y preconceptual, que es la que determina la forma en que se trata la evidencia  histórica. Propone, en este sentido, tres formas de conceptualización básicas o estilos  historiográficos. En primer lugar, las tramas literarias, que corresponden a los discursos  de los historiadores clásicos –como Michelet, Ranke o Tocqueville–, se han servido de  las tradicionales tramas literarias a la hora de explicar cómo ocurrieron los  acontecimientos. En estos casos, el protagonista de los hechos es presentado como un  héroe frente a las contingencias, una víctima del contexto o incluso un perdedor total,  por lo que el relato está acompañando de la condena moral hacia los enemigos del  héroe. En segundo lugar, Withe refiere a las formas de argumentación, y propone que  existen distintos modos argumentativos de explicación de los acontecimientos, como  los mecanicistas –pone como ejemplo, en este caso, el modelo de la historia de Marx,  ya que considera que busca leyes generales–; los organicistas –el ejemplo, en este  caso, es Ranke, que encuentra totalidades espirituales detrás de los individuos  históricos–, y los contextualistas –tal como encuentra que sucede en el caso de  Michelet, que buscaría identificar los rasgos distintivos de los sujetos históricos. Por  último, White habla de un tercer nivel, correspondiente al modo en que los autores  utilizan la historia para conocer el presente, es decir, las ideologías: radicales,  conservadores, anarquistas y liberales.
Es importante señalar que esta línea de pensamiento, llevada al extremo, nos obligaría  a asumir que no existe manera alguna de aprehender la realidad. No obstante, puede  resultar útil para pensar en la historia como un discurso construido, y develar los  mecanismos con que se produce la narración." 


Diario de un viaje imaginario
Taller de escritura: 
     1-  Reunidos en grupos, busquen  un planisferio y elijan un lugar para realizar un viaje imaginario. Para eso, determinen el punto de partida, el lugar de llegada y el objetivo del viaje. 
2- Piensen el tiempo que durará el viaje, a través de qué medio de transporte se realizará y quiénes integrarán la tripulación. 
3-  Hagan un esquema de los hechos principales del viaje. Por ejemplo, si ocurre algún accidente, si se encuentran con un imprevisto o un obstáculo y cómo se resuelve o se supera. 
4- Luego, escriban el relato de ese viaje día por día. Comiencen explicando el propósito del viaje y la partida; incluyan las anécdotas y los hechos principales. Y recuerden que, como se trata de un viaje imaginario, las descripciones  pueden ser tan fantástica como deseen. 
5- Compartan sus producciones publicándolas en un blog propios. En la sección de comentarios incluyan la dirección.